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lunes, 24 de octubre de 2011

EL RUIDO DE LAS RAMAS SE CONFUNDE


El ruido de las ramas se confunde
con el de la memoria.

Los mismo que estas hojas
heridas por un solo como el de agosto
hoy
cuando empieza noviembre
un cortejo de cuerpos y no cuerpos
días y no días
balian
y hermanos que aparecen en los sueños
como anuncio secreto de un tiempo
no vivido.

Para nada de todo lo que dije
- y que no tuvo nombre
porque no fue aprendido
con el ritmo punzante
y sosegado
con que mastica el alma -
tendrá sitio hoy aquí
donde un viento más fuerte
dispone el escenario de la contemplación.

Cae
como hueso mordido
lo que no tuvo fruto.

Una vida comienza.


Ada  Salas, Esto no es el silencio

martes, 4 de octubre de 2011

El FRÍO HA CONVOCADO A LA CENIZA



El frío ha convocado a la ceniza.
No es oro amarillo que pone sobre el cielo
un rictus lívido.
Nos tirita la lengua.

Y sin embargo anduve miles de millones
para llegar aquí
y quitarme una a una la piel de los zapatos
los jirones de ropa (no, perdón, dije sombra)

hasta quedarme en hueso

en palabras que suenen
como suena la caña de los huesos
cuando silba  por ellos la verdad
de la sangre.

El frío ha convocado a la ceniza

pero insisto he venido hasta aquí
para quedarme.
Ya en otro tiempo dije no es éste
nuestro tiempo. Pero lo haremos
nuestro.
Con palabras hirientes que penetren
en él y palpiten
con él.

Prepárate por tanto para el grito.

Para que todo
suene
como suenan los cuerpos que se abren
para darle a otro cuerpo
la soledad
el blanco aburrimiento y la pasión
la plenitud la ira
el amor y la muerte.

Como suena
la lluvia

sobre el rostro llagado del desierto.


Ada Salas, Esto no es el silencio

lunes, 3 de octubre de 2011

OTROS HAN TRANSITADO ESTE DESIERTO



Otros han transitado este desierto.
A ti derecha has visto
los despojos de un hombre
calcinado de sed. A tu izquierda
dejaste
a una mujer que aún
ardía en el delirio.
De muchos
escuchaste
palabras que alentaron
tu larga travesía.
De todos
aprendiste
que no hay rumbo posible.


Puede ser que las bestias acaben con tu cuerpo
o que el miedo te coma
y pretendas
volver
como si nunca hubieras emprendido el viaje.

El final será el mismo.

Así que no lamentes
la infinita distancia
el plomo inquebrantable que dibuja el silencio
y que nunca se acerca.

Si desfalleces
mira
a los ojos del buitre.

Habrás dejado,
al menos,
razón de tus cenizas.

Ada Salas. Esto no es el silencio