domingo, 30 de junio de 2013

JUNTO CON TUS CENIZAS, LAS APENAS

Junto con tus cenizas, las apenas
escritas, arrasando
la oda, las raíces instigadas, el ojo
extranjero; con mano idiota te arrastraron
a la ciudad, te ataron
a este nudo de jergas
y no te dieron nada. Desterrado,
pero siempre en el corazón
de este silencio solidario, pules las piedras
de tierra invisible y allanas tu lugar
entre los lobos. Cada sílaba
es obra del sabotaje.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral. 2012. Pág. 33

viernes, 28 de junio de 2013

LA SENDA CIEGA ESTÁ GRABADA

La senda ciega está grabada
en tu palma: conduce hacia la voz
que habías canjeado, y ha de sangrar una vez más
en las espinas de este braille
extraído del sueño. Una respiración
asciende por la mecha de mi tartamudeo
y alumbra el aire
que nunca se retractará. Tu cuerpo
es tu propia carga medida. Y camina
con el peso del fuego.

PAUL AUSTER. Poesía completa. Seix Barral. 2012. Pág. 37

miércoles, 26 de junio de 2013

EL HUEVO DELIMITA SU RENUNCIA, NO PUEDE

El huevo delimita su renuncia, no puede
sonar en el tañido de otro, el más pequeño
martilleo, antes de que el gemido
se abra paso de un tajo y el ojo desperdicie
el subterfugio de una lámpara más duradera.
Alzado hasta ser habla, porta
su propio nacimiento y, si se hace pedazos,
no dejes de aclamar su caída y contradicción.
Tu tierra siempre estará lejos.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral, 2012. Pág. 29

lunes, 24 de junio de 2013

VER ES ESTA OTRA TORTURA

Ver es esta otra tortura, que expiamos
con el dolor de ser vistos: lo dicho,
lo visto, contenidos en esta negativa
a hablar, y la semilla de una única voz,
enterrada en una piedra cualquiera.
Mis mentiras jamás han sido mías.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral, 2012. Pág. 25

sábado, 22 de junio de 2013

BORRACHA, LA BLANCURA ATESORA SUS FUERZAS,

Borracha, la blancura atesora sus fuerzas,
mientras duermes, ebrio de sol, como semilla
que retiene su aliento
bajo tierra. Soñar, en el calor,
con el calor
que infesta el equilibrio
de una mano, que engendra
el milagro de la aridez...
En todos los lugares que has dejado
crece la furia de los lobos
con las hojas que no hablarán.
Morir. Dar acogida a lobos rojos
que arañan las cancelas: página
que aúlla; o bien duermes, y el sol
jamás se agotará.
Es verde donde las semillas negras respiran.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral, 2012. Pág. 15

jueves, 20 de junio de 2013

LOS PICOS ANOTAN LA CANTERA: MARCAS EROSIONADAS

Los picos anotan la cantera: marcas erosionadas
que no pudieron cifrar el mensaje.
La riña desató su alfabeto
y las piedras, ceñidas por insultos,
han memorizado la derrota.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral, 2012. Pág. 13

miércoles, 19 de junio de 2013

HIJO DE LAS TINIEBLAS



Ayer,
por la vertiente de las tierras fluviales,
ya en el último cerco nocturno de la bruma,
te vi cruzar entre el adobe de los muros caseros,
bordeando el declive suburbial del arroyo,
con tu gesto de héroe fugitivo y tu indolencia
de errante flor oscura, alegre al parecer,
hijo mío,
patriarca de telas destrozadas,
de luz a luz buscándote,
de tiniebla en tiniebla haciéndote más hombre,
defendiendo tu corazón contra las brozas
que roían la vida en torno tuyo.

Bernardo Ballester era tu nombre impetuoso
como un bastión de barro y de batallas,
y crecías cambiando tu condición de inválido
por una duda al menos en que poder creer,
por alguna ignorancia o extravío de náufrago
donde fundamentar tu pecho tan inerme.

Frente a ti yergo el filo sonoro
de mi palabra como un herido acero,
para que tú me oigas,
para que tú me vivas y me hermanes,
acaso para nada o tal vez para el sueño
que tienes enterrado debajo de ti mismo,
solitario arrecife
con oleajes de combativa herencia,
varón de pétalo y metal,
agua mansa y turbulento ácido
juntos entre el caudal de tu ceguera.

Hoy,
después de ti, después de haberte hablado,
me acuerdo de quién eres y qué quieres,
me acuerdo de tu vida,
hijo mío.
(Te llamo y me haces falta, hijo mío.)
Necesito mirar el desgarrón culpable
que abre tu historia entre las piedras de Castilla,
sentir cómo te hundes en tu propia esperanza,
oír el golpear de tus pinceles
contra el único amor, palpando al mismo tiempo
su entraña de diamante inflexible.

Entre los tuyos, entre el pan y el vino
de los tuyos, eras
lo mismo que una llama de paciente iracundia,
lo mismo que una herida aminorada
con el ungüento de su propia sangre,
toda tu casta junta en su nativo horror,
muralla de concordias arrasadas,
ilusoria materia de estrago irreparable.

Igual que una pregunta que resbala
por los tramos del odio y se pronuncia casi
con temor de morir y vuelve luego
a restaurar la nada de su crédulo origen,
así tu hombría intraducible,
tu encarnizada pugna contra nadie,
tu libre mano párvula
que ahonda en lo más frágil de cuanto fue creado,
tiembla sobre los fosos de la vida
y toca el mundo y lo delata
y en páginas en blanco lo convierte,
porque siempre estarás luchando solo,
porque jamás podrás ver claro,
hijo de las tinieblas,
hijo mío.


CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos queda. Pág. 107

martes, 18 de junio de 2013

LAS RAÍCES SE DOBLAN AL PASO DEL GUSANO

Las raíces se doblan al paso del gusano
y el tamiz del reloj cohabita el corazón
del gorrión: Entre rama y aguja, la /palabra
menosprecia su nido, y la semilla,
mecida por confines aún más simples,
se niega a confesar.
Sólo el huevo gravita.

PAUL AUSTER, Poesía completa.Seix Barral, 2012. Pág. 5

jueves, 13 de junio de 2013

CENIZA SON MIS LABIOS

En su oscuro principio, desde
su vacilante estirpe, cifra inicial de Dios,
alguien, el hombre, espera.

Turbador sueño yergue
su noticia opresora ante la furia
original de la que el cuerpo es hecho, ante
su herencia de combate, dando vida
a secretos quemados,
a recónditos signos que aún callaban
y pugnan ya desde un deseo mísero
para emerger hacia canciones,
mudo dolor atónito de un labio,
el elegido,
que en cenizas transforma
la interior llama viva de lo humano.

Quizá sólo para luchar acecha,
permanece dormido o silencioso
buscando, besando el terso párpado rosa,
el pecho inextinguible de la muchacha amada,
quizá sólo aguarda combatir
contra esa mansa lágrima que es letra del amor,
contra
        aquella luz aniquiladora
que dentro de él ya duele con su nombre: belleza.

Allí en el torpe sueño todos
los simulacros de la fe consume,
difunde apenas con fugaz certeza,
unitivo rescoldo de sus vivientes brasas.

En tanto el hombre lucha: existe,
traduce la armonía furtiva del azar,
bebe en los borbotones de su tiempo,
se confina en la fiebre donde afloran
su linaje, su origen, su imposible
destino de buscador de Dios,
de elegido que espera,
ahora,
todavía,
encender la ceniza de sus labios.

CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos espera. Pág.17.