miércoles, 24 de julio de 2013

NOCHES BLANCAS

Nadie aquí,
y el cuerpo dice:cuanto se diga
no debe ser dicho. Pero nadie
es un cuerpo igualmente, y lo que el cuerpo dice
nadie lo oye
sino tú.

Nevada y noche. La repetición
de un asesinato
entre los árboles. La pluma
se mueve por la tierra: ya no sabe
qué va a ocurrir, y la mano que la sostiene
ha desaparecido.

Escribe, sin embargo.
Escribe: es el principio,
entre los árboles,
un cuerpo vino caminando
desde la noche. Escribe:
la blancura del cuerpo
es del color de la tierra. Es tierra,
y la tierra escribe: todo
es del color del silencio.

Ya no estoy aquí. Nunca he dicho
lo que tú dices
que he dicho. Y, sin embargo, el cuerpo es un lugar
donde nada muere. Y cada noche,
desde el silencio de los árboles, sabes
que mi voz
viene caminando hacia ti.

PAUL ASTER, Poesías completas. Seix Barral. 2012. Pág. 85

lunes, 22 de julio de 2013

NÓMADA...

Nómada...
hasta que ningún sitio, florenciendo
en la cárcel de tu boca, se convierte
en allí donde estás:
tu leíste la fábula
escrita en la mirada
del dado: (era la
palabra-meteoro, garabateada entre nosotros
por la luz, sin embargo al final

domingo, 21 de julio de 2013

ESPERA

Y tú me dices
que tienes los pechos rendidos de esperarme,
que te duelen los ojos de estar siempre vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.

Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre  en las palabras de repetir tu nombre,
de lastimar mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en vano
desde la soledad en la que tú me gritas
que sigues esperándome.

Y tú me lo dices que estás tan hecha
a esta deshabitada cerrazón de la carne
que apenas si tu sombra se delata,
que apenas si eres cierta
en la oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.

CABALLERO BONALD, Somos el  tiempo que nos queda. Pág. 23

jueves, 18 de julio de 2013

EN EL AGUA: MI AUSENCIA EN LA ARIDEZ.

En el agua: mi ausencia en la aridez.
Una flor.Una flor que define el aire.
En el pozo más hondo, tu cuerpo es mecha.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral.2012. Pág. 7

domingo, 14 de julio de 2013

INMUNE AL GRIS HAMBRIENTO

Inmune al gris hambriento
de la niebla, fue el odio (el odio,
pronunciado mañana y tarde en el alero)
quien te mantuvo cerca. Sabíamos
que sólo la ebriedad
había hecho al sol
arrastrarse por las persianas.
Sabíamos que un vacío
más hondo aún
era construido por gaviotas
que hurgaban en sus propios gritos. Sabíamos
que sabían
que aterrizar era un espejismo.
Y que esperaba,
desde la hora primera en que
yo me había acercado a ti.
Mi piel, estremeciéndose en la luz.
La luz, hecha pedazos a mi tacto.

PAUL AUSTER. Poesías completas. Seix Barral. 2012. Pág. 77

viernes, 12 de julio de 2013

LOS MUERTOS SIGUEN MURIENDO: Y ENTRE ELLOS

Los muertos siguen muriendo: y en ellos
los vivos. Todo el espacio,
y los ojos, acosados
por frágiles herramientas, confinados
a sus hábitos.
Respirar es aceptar
esta carencia de aire, el único aliento,
rastreado en las fisuras
de la memoria, en el lapso que divide
este idioma hecho de odios,
sin el cual la tierra
habría otorgado un augurio más intenso
para nivelar los huertos
de piedra. No siquiera
el silencio me persigue.

PAUL AUSTER, Poesía completa, Seix Barral. 2012. Pág. 75

jueves, 11 de julio de 2013

LA RATAS SE DESPIERTAN MIENTRAS DUERMES

Las ratas se despiertan mientras duermes
e imitan el avance
de la necesidad. Mi voz regresa
al hambre a la que engendra, copulando con piedras
que despuntan en muros rojos: el corazón
roe pero no puede conocer
su saqueo; la lengua desollada
escofina. Yacemos en la médula
más honda de la tierra y escuchamos
el respirar de los ángeles.
Nuestros huesos están resecos.
Allí donde la noche ha hablado
hijos no natos merodean
el vacío interestelar.

PAUL AUSTER. Poesías completas. Seix Barral. 2012. Pág. 73.

miércoles, 10 de julio de 2013

NADA MOJA ESE TRONCO, LA PIEDRA NADA GASTA.

Nada moja este tronco, la piedra nada gasta.
El habla no podía empedrar el pantano,
así que bailas para un silencio más brillante.
La luz siega las olas, naufraga, se camufla...
El viento parlotea, se desboca.
Yo te nombro desierto.

PAUL AUSTER, Poesías completas. Seix Barral, 2012. Pág. 11

martes, 9 de julio de 2013

REFLEJADAS EN EL HABLA CUBIERTA

Reflejadas en el habla cubierta
de otro año más, de otro año nuestro
(oscuros y alodiales cuarenta)
las imágenes varadas en la luz postrera
de los ojos, las vagabundas
imágenes te absuelven: (dunas
que giraban en remolinos,
palabras como guijas
que alcanzaban las verjas
de arena, y las demás horas curvadas
duplicándose en el recuerdo). Y en mi mano
(como, tras la noche, la noche)
sostengo lo que tú
te has propuesto entregar: este sendero
de gritos coincidentes y, grano a grano,
el nunca desechado
desierto, ardiendo en tus labios
que cuajan con violencia.

PAUL AUSTER, Poesías completas. Seix Barral. 2012, Pág. 65.

domingo, 7 de julio de 2013

OTRO DEL YO: O FRATERNAL

Otro del yo: o fraternal
hacha de sombra: nacida brillante
donde el temor es más oscuro... Respiro
para ser tu piedra de afilar.
Raspando, como chispas
que espolean, como el fango, olas
de juncias que se erizan y se levantan
en la mañana calurosa: creceríamos
para ser parte
de tales cosas. Invisibles
al fin, como esta sangre, sepultada
bajo una pérdida que teje
para la cicatriz. Como los no abortados
que han de respirar con nosotros,
de pie en el resplandor
de este sol lascivo y ficticio.

PAUL AUSTER, Poesías completas, Seix Barral, 2012, Pág. 57.

viernes, 5 de julio de 2013

INCONTENIBLE EN ESTA AVALANCHA DE TIERRA

Incontenible en esta
avalancha de tierra:
donde las semillas se acaban
y auguran tu cercanía: tú harás sonar
el delirio coral
de la memoria, y te irás
por donde van los ojos. No te queda
camino más extenso: desde el instante
en que te abras las venas, las raíces comenzarán
a recitar la masacre
de las piedras. Vivirás. construirás tu casa
aquí: olvidarás
tu nombre. La tierra
es el único exilio.

PAUL AUSTER, Poesías completas. Seix Barral. 2012, Pág. 43.

jueves, 4 de julio de 2013

VOMITADO

Vomitado
desde ese no radiante por el viento
e injertado en la verde
y parda cicatriz
de este instante. Preguntas
qué sitio es éste y yo, siguiendo las costuras
de tu desmembración,
te he respondido: el bosque
es la memoria de sí mismo, esta frágil
astilla que transita
mi sangre navegable
hasta encallar
en la grava del corazón. Me pides
palabras y yo las diré: desde el instante
en que aprenda a no darte nada.

PAUL AUSTER, Poesías completas. Seix Barral. 2012. Pág. 55


miércoles, 3 de julio de 2013

MATRIZ Y SUEÑO

Lo inaudible, hecho astillas
cada noche:
el aliento, bajo tierra
todo el invierno; 
las palabras del pozo
en la excavada luz
de la sima
y el arroyo que suena.

Pasas.
Entre el miedo y la memoria,
el ágata
de tu paso se vuelve
carmesí
en el polvo de la niñez.

Sed: y coma: y hoja...
desde las brechas
de lo ya no sabido: el mensaje sin firmar
enterrado en mi cuerpo.

La ropa blanca
colgada en el tendal. El ajenjo
aplastado 
en los campos.

El olor a menta
en las ruinas.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral. 2012. Pág. 87

martes, 2 de julio de 2013

ÓRBITA DE LA PALABRA

Órbita de la palabra

Yo he dicho por ejemplo:amada, pueblo mio,
madre mía, esperanza, somo iguales, siempre,
pan, hermano, te quiero... He dicho en fin que el mundo
cabe en mis labios, gira en sus bordes, me dicta
su palabra insaciable, me oprime entre los nudos
ue amordazan la historia furtiva de quien fui.

Todo eso lo he dicho y quizá sea bastante,
quizá lo que he callado sea materia de olvido,
almacén de codicias donde un dios me sepulta,
donde estoy rescatándome, adivinando el cerco
que separa mi boca de todos los caminos
que ocupan todas las palabras debatiéndose a ciegas.

Pero me llamo hombre. Mi memoria está viva,
va más allá del tiempo, de jornales ganados
a fuerza de renuncias, de míseras cautelas
para andar y estar solo y andar después aún.
Pero me llamo tierra. Mis efímeros sueños
no pueden contener ese enjambre de indicios
que mi cuerpo recibe, que mis manos soportan
y más y más reduzco cuanto más me aniquila.

Exploro mi evidencia, es decir, mi secreto,
ese azar que jamás se me ofrece y desnuda,
que va siempre conmigo y controla mis ocios.
Veo mi casa en el sur, luminosa entre nieblas,
hecha con sueños míos, con preguntas a solas,
crecida hacia mí mismo como el trigo hacia el pan.
Digo su nombre y otros que mis labios restañan.
Reúno en mi memoria las vidas que he amado,
los sitios donde estuve, los libros que habité,
toda la realidad y el sueño en que consisto.

Y de pronto este día de octubre, no sé cual,
me he topado de bruces contra un tiempo vacío,
contra el pan de estar solo que comparto con nadie,
y casi estoy seguro que nunca he de poder
represar la corriente de tantos días vanos
como están despeñándome en mi ignorancia de hoy,
en esta vulnerable memoria que parece
contener el tamaño caliente de la lluvia,
la sombra de mi infancia donde yo sigo siendo
un miedo combativo, un temor que conserva
ese último rastro de esperanza o de música
que resbala a lo lejos y me hace entender
que aún busco esa palabra que acabará salvándome.

CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos queda. Pág. 25

ENTRE ESTOS ESPASMOS DE LUZ

Entre estos espasmos de luz,
en el frágil helecho, en la sombría
maleza: esperas,
dentro del laberinto de tu oído,
a que estalle
el trueno:
entonces, el rugido
babélico, el silencio. Aquello hacia lo que divagas
no será nunca lo que se oiga. Salvo el paso,
techado
bajo este doble cielo que mantiene
intacta su distancia. Y que se ensancha en tu interior,
en la boca
de la tierra partida, donde observas
cómo estas estrellas caídas
se debaten y arrastran hasta ti,
portando los obsequios del infierno.

PAUL AUSTER, Poesías completas. Seix Barral. 2012. Pág. 49. 

domingo, 30 de junio de 2013

JUNTO CON TUS CENIZAS, LAS APENAS

Junto con tus cenizas, las apenas
escritas, arrasando
la oda, las raíces instigadas, el ojo
extranjero; con mano idiota te arrastraron
a la ciudad, te ataron
a este nudo de jergas
y no te dieron nada. Desterrado,
pero siempre en el corazón
de este silencio solidario, pules las piedras
de tierra invisible y allanas tu lugar
entre los lobos. Cada sílaba
es obra del sabotaje.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral. 2012. Pág. 33

viernes, 28 de junio de 2013

LA SENDA CIEGA ESTÁ GRABADA

La senda ciega está grabada
en tu palma: conduce hacia la voz
que habías canjeado, y ha de sangrar una vez más
en las espinas de este braille
extraído del sueño. Una respiración
asciende por la mecha de mi tartamudeo
y alumbra el aire
que nunca se retractará. Tu cuerpo
es tu propia carga medida. Y camina
con el peso del fuego.

PAUL AUSTER. Poesía completa. Seix Barral. 2012. Pág. 37

miércoles, 26 de junio de 2013

EL HUEVO DELIMITA SU RENUNCIA, NO PUEDE

El huevo delimita su renuncia, no puede
sonar en el tañido de otro, el más pequeño
martilleo, antes de que el gemido
se abra paso de un tajo y el ojo desperdicie
el subterfugio de una lámpara más duradera.
Alzado hasta ser habla, porta
su propio nacimiento y, si se hace pedazos,
no dejes de aclamar su caída y contradicción.
Tu tierra siempre estará lejos.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral, 2012. Pág. 29

lunes, 24 de junio de 2013

VER ES ESTA OTRA TORTURA

Ver es esta otra tortura, que expiamos
con el dolor de ser vistos: lo dicho,
lo visto, contenidos en esta negativa
a hablar, y la semilla de una única voz,
enterrada en una piedra cualquiera.
Mis mentiras jamás han sido mías.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral, 2012. Pág. 25

sábado, 22 de junio de 2013

BORRACHA, LA BLANCURA ATESORA SUS FUERZAS,

Borracha, la blancura atesora sus fuerzas,
mientras duermes, ebrio de sol, como semilla
que retiene su aliento
bajo tierra. Soñar, en el calor,
con el calor
que infesta el equilibrio
de una mano, que engendra
el milagro de la aridez...
En todos los lugares que has dejado
crece la furia de los lobos
con las hojas que no hablarán.
Morir. Dar acogida a lobos rojos
que arañan las cancelas: página
que aúlla; o bien duermes, y el sol
jamás se agotará.
Es verde donde las semillas negras respiran.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral, 2012. Pág. 15

jueves, 20 de junio de 2013

LOS PICOS ANOTAN LA CANTERA: MARCAS EROSIONADAS

Los picos anotan la cantera: marcas erosionadas
que no pudieron cifrar el mensaje.
La riña desató su alfabeto
y las piedras, ceñidas por insultos,
han memorizado la derrota.

PAUL AUSTER, Poesía completa. Seix Barral, 2012. Pág. 13

miércoles, 19 de junio de 2013

HIJO DE LAS TINIEBLAS



Ayer,
por la vertiente de las tierras fluviales,
ya en el último cerco nocturno de la bruma,
te vi cruzar entre el adobe de los muros caseros,
bordeando el declive suburbial del arroyo,
con tu gesto de héroe fugitivo y tu indolencia
de errante flor oscura, alegre al parecer,
hijo mío,
patriarca de telas destrozadas,
de luz a luz buscándote,
de tiniebla en tiniebla haciéndote más hombre,
defendiendo tu corazón contra las brozas
que roían la vida en torno tuyo.

Bernardo Ballester era tu nombre impetuoso
como un bastión de barro y de batallas,
y crecías cambiando tu condición de inválido
por una duda al menos en que poder creer,
por alguna ignorancia o extravío de náufrago
donde fundamentar tu pecho tan inerme.

Frente a ti yergo el filo sonoro
de mi palabra como un herido acero,
para que tú me oigas,
para que tú me vivas y me hermanes,
acaso para nada o tal vez para el sueño
que tienes enterrado debajo de ti mismo,
solitario arrecife
con oleajes de combativa herencia,
varón de pétalo y metal,
agua mansa y turbulento ácido
juntos entre el caudal de tu ceguera.

Hoy,
después de ti, después de haberte hablado,
me acuerdo de quién eres y qué quieres,
me acuerdo de tu vida,
hijo mío.
(Te llamo y me haces falta, hijo mío.)
Necesito mirar el desgarrón culpable
que abre tu historia entre las piedras de Castilla,
sentir cómo te hundes en tu propia esperanza,
oír el golpear de tus pinceles
contra el único amor, palpando al mismo tiempo
su entraña de diamante inflexible.

Entre los tuyos, entre el pan y el vino
de los tuyos, eras
lo mismo que una llama de paciente iracundia,
lo mismo que una herida aminorada
con el ungüento de su propia sangre,
toda tu casta junta en su nativo horror,
muralla de concordias arrasadas,
ilusoria materia de estrago irreparable.

Igual que una pregunta que resbala
por los tramos del odio y se pronuncia casi
con temor de morir y vuelve luego
a restaurar la nada de su crédulo origen,
así tu hombría intraducible,
tu encarnizada pugna contra nadie,
tu libre mano párvula
que ahonda en lo más frágil de cuanto fue creado,
tiembla sobre los fosos de la vida
y toca el mundo y lo delata
y en páginas en blanco lo convierte,
porque siempre estarás luchando solo,
porque jamás podrás ver claro,
hijo de las tinieblas,
hijo mío.


CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos queda. Pág. 107

martes, 18 de junio de 2013

LAS RAÍCES SE DOBLAN AL PASO DEL GUSANO

Las raíces se doblan al paso del gusano
y el tamiz del reloj cohabita el corazón
del gorrión: Entre rama y aguja, la /palabra
menosprecia su nido, y la semilla,
mecida por confines aún más simples,
se niega a confesar.
Sólo el huevo gravita.

PAUL AUSTER, Poesía completa.Seix Barral, 2012. Pág. 5

jueves, 13 de junio de 2013

CENIZA SON MIS LABIOS

En su oscuro principio, desde
su vacilante estirpe, cifra inicial de Dios,
alguien, el hombre, espera.

Turbador sueño yergue
su noticia opresora ante la furia
original de la que el cuerpo es hecho, ante
su herencia de combate, dando vida
a secretos quemados,
a recónditos signos que aún callaban
y pugnan ya desde un deseo mísero
para emerger hacia canciones,
mudo dolor atónito de un labio,
el elegido,
que en cenizas transforma
la interior llama viva de lo humano.

Quizá sólo para luchar acecha,
permanece dormido o silencioso
buscando, besando el terso párpado rosa,
el pecho inextinguible de la muchacha amada,
quizá sólo aguarda combatir
contra esa mansa lágrima que es letra del amor,
contra
        aquella luz aniquiladora
que dentro de él ya duele con su nombre: belleza.

Allí en el torpe sueño todos
los simulacros de la fe consume,
difunde apenas con fugaz certeza,
unitivo rescoldo de sus vivientes brasas.

En tanto el hombre lucha: existe,
traduce la armonía furtiva del azar,
bebe en los borbotones de su tiempo,
se confina en la fiebre donde afloran
su linaje, su origen, su imposible
destino de buscador de Dios,
de elegido que espera,
ahora,
todavía,
encender la ceniza de sus labios.

CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos espera. Pág.17.

viernes, 31 de mayo de 2013

DOMINGO




La veis un día domingo.
Lleva un cuerpo cansado, lleva un traje cansado
(no lo podéis mirar),
un traje del que cuelgan trabajos, tristes hilos,
pespuntes de temor, esperanzas sobrantes
hechas verdad a fuerza de ir remendando sueños,
de ir gastando semanas, hambres de cada día,
en las estribaciones de un pan dominical.

La veis venir acaso de un afán desahuciado,
de una piedad con fábulas, la veis
venir y ya sabéis que está llamándose
lo mismo que la vida,
lo mismo que su traje hecho disfraz de olvido,
hecho molde de engaño comunal,
cortado a la medida de mensuales lágrimas,
de quebrantos tejidos con la última
hebra de la intemperie, con las trizas
de ese telar de amor donde entrevemos
la pobreza de todos que es un cuerpo sin nadie.

Sucede que es un día más bien canción que número,
más bien como una lluvia de inclementes pestañas,
de humilde mano abierta
que volverá a vestir de desnudez la vida.
Y entonces ya es mentira crecer sobre raíces,
ya es mentira ese sueño blandamente nocivo
que se nos va quedando arrendado en la piel,
que se consume hasta perderse
en un mísero rastro de caricia aterida,
hasta llegar a confundirse con un domingo anónimo,
con un tiempo de nadie hilvanado de lástima.

Y de pronto ese día, el domingo,
ella viene llegando, corre, se nos acerca
(todos la conocemos),
nos mira igual que un charco
de amor recién secado, nos contagia
de todo cuanto es crédulo en su espera siguiente,
porque está consolándose con un jornal vacío,
porque está desviviéndose
en una vana sucesión de acopios para huir,
de ir contando los años por tránsitos de trajes,
por memorias zurcidas, por sueños arrancados
del retal de un domingo cegador e ilusorio.


CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos queda. Pág. 34

martes, 14 de mayo de 2013

NOMBRE ENTREGADO



Tú te llamabas tercamente Carmen
y era hermoso decir una a una tus letras,
desnudarlas, mirarte en cada una
como si fuesen rastros iguales de alegría,
contiguos besos en mi boca reunidos.
Era hermoso saberte con un nombre
que ya me duele ahora entre los labios,
me sangra entre los labios como el moho de una fruta,
como algo que yo querría nombrar constantemente
y me estuviese amordazando con su olvido,
con su apremiante negación de ser,
porque es inútil repetir lo que termina en nada.

Es posible que ya no puedas tú tener un nombre,
encerrar en un nombre tu ternura,
tus verdes ojos dulces,
la dorada humedad de tu cabello,
que ya no puedas responderme si te llamo,
si te sigo llamando y nada me devuelve
la ilusoria constancia de que aún eres cierta.

Ahora es de noche y tú no tienes nombre,
a nadie pertenecen tu voz, tus adjetivos,
mientras cae la lluvia
mansamente y es más frágil la vida
cuando al llamarte sé que ya no tienes nombre.

¿Es verdad que te has ido para siempre,
que no podremos ya mirar los árboles mojados,
la lenta pesadumbre de las tardes calladas,
el nocturno temor que a nuestro amor se unía?
¿Es verdad que tu boca se irá deshabitando
sin responder a nadie ni siquiera en silencio,
que ya no cabré nunca en tu mirada,
en tus manos que guardan mi latido en su piel?

No puedo imaginar que alguien te llame
allí por ese reino donde ahora enmudeces
mordiéndote los labios como entonces
y tú vuelvas los ojos para ver si es posible
que tengas todavía un nombre en que esconderte,
un nombre que estacione la vida entre sus letras,
que sea vanamente igual que Carmen,
porque ahora es de noche y tú no tienes nombre.

Pero entonces he mirado la luz,
los péndulos furtivos del otoño,
los hombres que caminan y caminan,
las aves del regreso, torpes ya con el frío,
estos libros que ardieron con nuestros ojos juntos,
mis padres, mis hermanos, con sus sombras gemelas,
mi amigo Juan Valencia, que está mi lado y no
me habla, y sé que estoy viviendo,
he aprendido que son las cosas quietas
las que evidencian mi razón de cada día,
que eres tú quien te has ido a una gran soledad,
quien no puedes volver con aquel nombre tuyo,
con aquel cuerpo ajeno y transeúnte que tenías,
con algo que no sea caricia o beso o lágrima
y lo convoque todo en una historia única
donde decir tu nombre equivalga también a poseerte.

Porque es triste y es también preciso
comprender que eso es vivir: ir olvidando,
consistir en palabras que están llamando a nadie,
saber que es una grieta súbita
la que arrasa y corrompe la más cierta esperanza,
saber que es el desamor
quien detrás de lo más amado espera
para poder seguir viviendo
a pesar de la noche y tu nombre entregado.


CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos queda. Pág. 26

sábado, 11 de mayo de 2013

VERSÍCULO DEL GÉNESIS



Por las ventanas, por los ojos
de cerraduras y raíces,
por orificios y rendijas
y por debajo de las puertas,
entra la noche.

Entra la noche como un trueno
por las rompientes de la vida,
recorre salas de hospitales,
habitaciones de prostíbulos,
templos, alcobas, celdas, chozos,
y en los rincones de la boca
entra también la noche.

Entra la noche como un bulto
de mar vacío y de caverna,
se va esparciendo por los bordes
del alcohol y del insomnio,
lame las manos del enfermo
y el corazón de los cautivos,
y en la blancura de las páginas
entra también la noche.

Entra la noche como un vértigo
por la ciudad desprevenida,
rasga las sábanas más tristes,
repta detrás de los cobardes,
ciega la cal y los cuchillos
y en el fragor de las palabras
entra también la noche.

Entra la noche como un grito
entre el silencio de los muros,
propaga espantos y vigilias,
late en lo hondo de las piedras,
abre sus últimos boquetes
entre los cuerpos que se aman,
y en el papel emborronado
entra también la noche.


CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos queda. Pág. 19.

lunes, 6 de mayo de 2013

UNA PREGUNTA




Una pregunta,
una querella se propaga
por los atolladeros de la historia.
Hace ya tiempo que se escucha
en las patrias, los foros, las iglesias,
y no responde nadie.
¿A quién
le pediremos cuentas?
¿Cuántos
consorcios de falsarios, púlpitos
execrables, compraventas de armas,
eufemismos que sólo encubren
crímenes, hemos de cotejar con nuestros muertos
antes de que por fin prevalezca la vida?

CABALLERO BONALD, Manual de infractores, pág. 119. 

jueves, 2 de mayo de 2013

OTRA VEZ EN LO OSCURO




A veces, en la turbia
galería del sueño, encendía la luz
y me quedaba oyendo los ruidos
de la noche: el rumor
de la ronda, el gotear
del grifo, la doméstica
respiración y como un vago
acicate de vida
en la madera.
Trascendía
la casa a los durmientes
y todo era un recluso
depósito de miedo entre las sábanas.
Pedía de beber por no sentirme
solo, quizá por parecerme
al acecho de alguien,
porque el roce de un cuerpo
me desvelara de vivir.

Y otra vez en lo oscuro iba
rastreando los pasos
de la calle, respiraba
el agrio aroma a cuero
del calzado reciente,
la sinuosa urdimbre del almagre,
el impávido vaho del tragaluz.
Dormía
vigilando las sombras,
la sucesión de gérmenes del sueño,
entumeciéndome de fe, como esperando
desde el rincón de reo de mi infancia
que fuese libre para despertar.


CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos queda. Pág. 202.

jueves, 25 de abril de 2013

LA BOTELLA VACÍA SE PARECE A MI ALMA



Solícito el silencio se desliza por la mesa nocturna, rebasa el irrisorio contenido del vaso. No beberé ya más hasta tan tarde: otra vez soy el tiempo que me queda. Detrás de la penumbra yace un cuerpo desnudo y hay un chorro de música hedionda dilatando las burbujas del vidrio. Tan distante como mi juventud, pernocta entre los muebles el amorfo, el tenaz y oxidado material del deseo. Qué aviso más penúltimo amagando en las puertas, los grifos, las cortinas. Qué terror de repente de los timbres. La botella vacía se parece a mi alma.

CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos queda. Pág. 372.

miércoles, 24 de abril de 2013

UN LIBRO, UN VASO, NADA



Todas las noches dejo
mi soledad entre los libros, abro
la puerta a los oráculos,
quemo mi alma con el fuego
del salmista.
Qué contraria
voluntad de peligros me desvela,
quiebra la vigilante
sed de vivir de mi palabra.

Todas las noches junto inútilmente
los residuos del día, recupero
las horas muertas de la indefensión,
consisto en lo que he sido.

(Una mano olvidada entre las sábanas
rompe papeles, incinera
los escombros del sueño.)

Oh posesión sin nadie, ¿para qué
tantas páginas vanas, tantos
himnos vacíos? Mira
a tu alrededor, ¿qué queda?
Solos
estamos: toda la ausencia cabe
entre la realidad y el sueño. Aquí
mi obstinación es mi alegría:
un libro, un vaso, nada.


CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos queda, Pág. 151.

TERROR PREVENTIVO


Ventana borrascosa abierta al borde
de las ruinas,
ven y asómate, hermano,
¿no ves en esa trama
preconcebida de la iniquidad
como un tajo feroz mutilando el futuro?

Y allí mismo, detrás de la estrategia
irrevocable del terror, ¿no escuchas
el sanguinario paso de la secta,
la marca repulsiva
del investido de poderes,
sus rapiñas, sus mañas, sus patrañas?


Atroz historia venidera,
¿en qué manos estamos, cuántas trampas
tendrá que urdir la vida para seguir viviendo?

CABALLERO BONALD, Somos el tiempo que nos queda.